Splenda: Un enemigo peligroso
Por JtvLion:
¿Pone usted Splenda en su café? ¿O lo utiliza para
endulzar sus reposterías y postres en lugar del azucar regular o de otras
alternativas naturales? Pues bien, usted podría pensar que ha elegido la opcion
correcta cuando la realidad es que, probablemente, se este haciendo mas daño
que bienestar. Muchos alimentos etiquetados como “saludables”, bajos en
calorias, sin grasa o con el porcentaje de grasos muy bajo, suelen ser peores
en la vida real. Esto se debe a que los ingredientes que son químicamente alterados
y procesados no son mejores para usted. Aunque a largo plazo los estudios
realizados sobre Splenda y sus
efectos en los seres humanos no se han realizado a un nivel aceptable, lo
cierto es que la ingestión de productos posiblemente cancerígenos no es, en lo
absoluto, seguro.
Los problemas con Splenda:
La Splenda, también conocida como sucarosa es el resultado de una
combinación entre la maltodextrina y la dextrosa, lo cual potencialmente hace
de la Splenda un producto que es 600
veces más dulce que el azúcar regular. Splenda es además, un compuesto sintético
que se descubrió sobre el año 1976 por científicos británicos que buscaban la
formación de nuevos pesticidas, y es similar en su composición química al DDT
(Dicloro Difenil Tricloroetano) un pesticida de uso muy común. Splenda se encuentra en infinidad de
productos y lanza su campaña de publicidad como una alternativa “segura” al
azúcar. Los inventores de Splenda han
admitido que alrededor del 15 por ciento de la sucralosa es absorbida por el
cuerpo, pero no han podido garantizar que cantidad permanece en el cuerpo y cual
es eliminada al exterior. Como el clorine
(cloro) es un agente carcinógeno, los posibles efectos secundarios de la Splenda varían desde problemas
gastrointestinales de diversa severidad como distensión abdominal, gases,
diarrea y nauseas hasta irritaciones en la piel como erupción cutánea,
urticaria, enrojecimiento, picazón, e inflamación de algunas áreas localizadas.
Puede también ocasionar sibilancia (dificultad al respirar), tos, secreción
nasal, dolores en el pecho, palpitaciones, ansiedad, ira, cambios de humor,
escozor en los ojos y depresión.
Según la doctora Melissa
A. Bartoszewski, quien escribió el articulo, un estudio de 12 semanas realizado
en ratas por catedráticos de la Universidad de Duke determinó que Splenda
causó desequilibrios en el pH de la sangre de los roedores, interrumpiendo la
absorción de nutrientes en el tracto
intestinal, agotando las bacterias buenas y provocando inflamación en el hígado
y calcificación renal. También originó un sospechoso aumento de peso. No hay
evidencia de estudios a largo plazo que se haya realizado sobre los efectos
peligrosos de Splenda en los seres
humanos. Por lo tanto, este producto continúa en las estanterías de nuestras
tiendas de mercadería, seguidas de una poderosa promosion y publicidad directamente
dirigida a los consumidores y hacia aquellas personas "conscientes de la
salud", que lo consumen a sabiendas de que están tomando decisiones más
saludables.
¿Es realmente azúcar?
No hay duda de
que la elaboración de sucralosa
(Splenda) comienza a partir una molécula de azúcar, pero lo que es
verdaderamente preocupante es lo que pasa en la fábrica. La sucralosa es un producto químico
sintético que fue preparado originalmente en un laboratorio. Durante los cinco
pasos del proceso patentado de obtención de sucralosa, tres moléculas de cloro
se añaden a una molécula de sacarosa o azúcar. Una molécula de sacarosa es un
disacárido que contiene dos azúcares simples unidos, glucosa y fructosa.
El proceso
químico en si para elaborar la sucralosa altera la composición química del
azúcar de tal manera que se convierte en una molécula de fructo-galactosa. Este
tipo de molécula de azúcar no se produce naturalmente y por lo tanto el cuerpo
humano no posee la capacidad de metabolizarlo correctamente. Como resultado de
este "único" maquillaje bioquímico, se basa la afirmación de que Splenda no se digiere ni se metaboliza
en el organismo, lo cual es equivalente a “cero” calorías.
Sin embargo, no es precisamente que Splenda
posea “cero” calorías. La clave radica en que, si su cuerpo tiene la capacidad
para metabolizarla, entonces ya no tendría “cero” calorías.
Como determinar si Splenda le esta afectando:
La mejor manera
de determinar si Splenda o sucralosa le está afectando es llevar a cabo una
eliminación o reducción de su uso. En primer lugar eliminar éste y otros
edulcorantes artificiales de su dieta por completo por lo menos por un período
de una a dos semanas. Pasado este tiempo, si lo desea, reintroducir en cantidad suficiente.
Por ejemplo,
utilice Splenda en su bebida en la
mañana, y comer al menos dos productos que contengan sucralosa por el resto del día. En este día,
evitar otros tipos de edulcorantes artificiales, de modo que usted sea capaz de
diferenciar cuál pudiera ser la causa de un problema aparente. Hacer esto
durante un período de uno a tres días. Tome nota de cómo su cuerpo se siente,
sobre todo si se siente diferente de cuando usted tomaba el edulcorante
artificial libremente.
Todo Natural
La sociedad en
que vivimos necesita con urgencia comenzar a alejarse de la percepción común de
que los sustitutos sintéticos del azúcar son más seguros y por ende una opción
más saludable cuando en realidad ¡no lo son! Agave
es un ejemplo clásico de edulcorante natural que no está químicamente
procesado. El azúcar crudo o azúcar moreno y Stevia son algunos otros ejemplos de edulcorantes naturales y
saludables. La miel orgánica también puede ser usada para endulzar naturalmente
muchas cosas. El hecho de que un producto está en el estante de un mercado, no
significa que sea seguro. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los
Estados Unidos (FDA, por sus siglas en ingles) ha aprobado muchísimos productos
que no son seguros para el consumo humano. NutraSweet
es una neurotoxina conocida que se ha demostrado que causa tumores y que preliminarmente
había sido prohibida en Europa. Sin embargo se consideró previamente muy segura
para el consumo humano, como la Splenda
lo es hoy día. La verdad es que las consecuencias a largo plazo de la ingestión
por el hombre de sustitutos químicos son desconocidos, lo cual hace traer a
colación el adagio de que “es mejor
prevenir que curar” o, en otras palabras, evitar a toda costa los productos que
contienen dichos ingredientes.
De manera que lea
siempre las etiquetas y si existe un asomo de cualquier duda -de esas que tienen
un nombre muy largo que no se puede pronunciar- lo más probable es que sea una sustancia
química que se debe evitar.*
*Tomado de Naturalnews.com
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