Por JtvLion:
Hablar sobre la amistad es un poco complicado, más en estos
tiempos donde ya casi no sabemos el significado de una amistad verdadera, o no
sabemos como actuar, o no sabemos exactamente que es la amistad. En el mas sentido
común, creo que podría definirse en esa persona que siempre esta presente, que si existe algún problema te lo dice en la cara, que no tiene miedo de mostrarte la
realidad como es, por más que tenga que hacértela ver cruda y fríamente. Creo
que ahí, en ese momento se expresa la amistad como tal, consistente en un
autentico cariño combinado con una imparcialidad sin sensiblerias hacia la otra persona, abriéndole los ojos e intentando
demostrarle que el mundo no gira a su alrededor. Ya que es algo tan obvio que
existe la falsedad en el mundo, no habría entonces porque negarla; es la pura
verdad.
Tener un amigo o una amiga es un acto de confianza y desprendimiento,
en el que priva la empatía, la sinceridad, la solidaridad y sobre todo la
aceptación reciproca. Y la amistad es justamente eso. Suele nacer
espontáneamente, sin aspavientos ni alardes, sin más objetivo que juntar lo
mejor de cada quien y alinearse mutuamente. ¿Por qué decidimos que una persona
sea nuestro amigo y en cambio otra no? No lo sé. Tendrá que ver, supongo, con
muchos factores relacionados con la visión y condición que tiene cada quien
como ser humano acerca de los demás.
Lo cierto es que no hay nada más puro y familiar que la
amistad, pues ¿a cuenta de qué, y sin que nos corra por las venas ni una gota
de sangre común, llegamos a querer y compenetrarnos tanto con un extraño que
termina siendo casi el clon de nuestros sueños?
Los verdaderos amigos se identifican emocional e
intelectualmente con aquellos a los que eligen. Son esos que te apoyan y te apoyaran incondicionalmente en las buenas, en las malas y en las maduras. Son, además, sinceros, generosos,
solidarios, y reales. Esperen… ¿cómo que reales? Pues claro: están ahí siempre
que los necesitan; lloran contigo, ríen contigo, tienen defectos como todos ─lo
cual nos importa un soberano alpiste que los tengan─. No son familia nuestra,
pero ni falta que hace; son de carne y hueso y como si fuera poco hasta nos
perdonan casi todos nuestras errores.
Sin embargo, a mi
modo de ver, creo que los valores de la amistad tradicional están cambiando en
estos tiempos de redes sociales.
A lo que nos referimos cuando hablamos de
amigos y, propiamente, de amistad en estos tiempos de Facebook, Twitter, MySpace
y un sinnúmero de opciones de social networks en la Internet que aumenta cada
día como epidemia puede ser desconcertante. Los expertos que rastrean
los cambios de significado en el lenguaje
de interacción entre los seres humanos concuerdan conque nuestro punto
de referencia común se está haciendo cada vez más borroso entre las líneas de
lo virtual y lo real.
Digamos, por
ejemplo, que para un adolescente la percepción que posee de la amistad tiende a
ser notablemente distinta a la de alguien en sus 30, 40, 50 e incluso 60 años o
más. Con la proliferación y el auge de las redes sociales un adolescente
puede tener “amigos” que ni siquiera ha visto en persona y que, probablemente,
nunca verá. Para una persona de más edad que no esté ligada a este tipo de
interacción, sus amigos serán aquellos que ve constantemente, o con alguna
frecuencia y con quienes ha compartido.
“Hoy puedes tener
3.000 amigos o mas en Facebook, Twister, hi5 o MySpace que ven tus fotos y lo
que publicas, pero sólo 100 o menos, que te conocen de corazón,” dice Sherry
Turkle, autora de Alone together: Why we
expect more from technology and less from each other, “[…] el reto esta
radicando en evitar la confusión entre amistad virtual y amistad real. Las redes
sociales dan la ilusión –y es así, en verdad- de compañía sin absolutamente
ninguna demanda de intimidad o alguna cordialidad o apego”, agrega. Cero
compromisos.
Pero… ¿Hay un límite para la cantidad de amigos verdaderos
que podemos tener? Según el antropólogo Robin Dunbar, sí. Basado en sus
investigaciones, Dunbar establece un límite sobre la cantidad de relaciones
estables que un individuo es capaz de mantener, y lo fija alrededor de 150.
Específica además un promedio de 50 amigos, 15 “buenos amigos”, y 5 bajo la
categoría de “amigos íntimos”; los demás, sin excepción, son “conocidos”.
Internet, la ínterconectividad, la globalización, las redes sociales, todo eso viene dando al
traste con la forma tradicional de encarar y al mismo tiempo, cultivar una
amistad seria. Hoy en dia, nuevos valores estan suplantando los viejos valores.
El Smarphone sustituye al abrazo; el Unfollow, al perdón. Los text messages ya
están sustituyendo abismalmente a la comunicación hablada. Ya pocos –muy pocos-
lloran en el hombro del amigo; más y más mortales lanzan sus lágrimas,
condolencias o felicitaciones sobre la pantalla de su computador portátil o su
iPhone, ya sea en una conferencia vía Skype, o en un video de aficionado
colgado en Youtube. No hay piel de por medio, ni siquiera un gesto de consuelo
con la palma de la mano sobre el hombro. De forma general, existe un
sentimiento de enajenación a sabiendas, a causa de no tener la necesidad de
involucrarse demasiado. Incluso, me aventuraría a afirmar que después que se ha
saldado o al menos, resuelto el problema o asunto que, como quiera que lo
pongan, hizo surgir la relación, ya no de amistad, aunque si de alguna
comunicación, se produce un corte a rajatabla, un divorcio casi premeditado de
lo que pudo haber sido y no fue, precedido de una frialdad imperturbable y casi
total por alguna de las parte o por ambas. Lo cierto es que ya ni siquiera se
dan por enterados de que existen ambos y la relación se limita entonces a
alguna fecha o cumpleaños o algún suceso que, de tan evidente, se vería
horrible descartarlo y el comentario, si existe, es escueto, pobre y hasta
pudiera sonar falto de la mas minima disposición.
Un experto que no parece preocuparse de por qué el
significado de “amigo” sigue cambiando es el lingüista Ben Zimmer. “El lenguaje
es infinita e incomparablemente flexible, de modo que no deberíamos esperar que
se mantenga inmutable. La gente se preocupa, porque la disolución de este
significado está impactando marcadamente las relaciones, pero yo lo veo como
una inherente flexibilidad del lenguaje,” dice Zimmer.
“La sociedad a menudo se enfoca en estas movidas
semánticas”, añade, “como una manera de quejarse del gran fenómeno social, ya
que son desconectados geográfica y emocionalmente de la familia. Las palabras
representan las ansiedades, en este caso la ansiedad es propiciada por las
conexiones de la gente en la era del Facebook”, concluye.
Créanme. De lo contrario, compruébenlo por ustedes mismos,
pero en estos tiempos se ha evolucionado de la amistad de los afectos a la
amistad de los intereses. Interés en
los temas profesionales o superficiales, algún que otro interés en los temas
laborales, o en los datos financieros, en las desgracias del vecino, en trivialidades
varias y hasta en los chismes de farándula. La extensa gama de emociones y
sentimientos del corazón humano se esta reduciendo notablemente a la acción de un
frívolo clic sobre la opción “Me gusta” o “Like it”. Es la era del ser humano
como herramienta, no del ser humano como objetivo. Desafortunadamente, es una penosa
transición, que parece indetenible, donde los amigos se fabrican o se inventan… no se conquistan. Honestamente,
es así y qué le vamos a hacer, este es nuestro tiempo, y es ese donde nos tocó
nacer y vivir. Pero, aun así, se me esta antojando demasiado triste como para
merecerlo.
“Don’t believe
facebook; You only have 150 friends”. Robin Dunbar
“Alone together: Why we expect more from
technology and less from each other”. Sherry Turkle
Comentarios
Publicar un comentario